…Cuando voy por la calle observo
cada detalle que acontece a mí alrededor, me detengo a pensar en lo imprevisible
que puede ser tu vida, en lo frágil de un encuentro fallido, en la falta de esa
sonrisa de la persona que te hace feliz. Cada detalle, cada palabra cuenta para
cambiar tu destino y en mi caso mi camino a la perfección solo me ha llevado a recorrer
una ruta que nunca acaba, muchas veces
mis fuerzas se agotan; el cuerpo me pide detenerme porque soy propensa a
caerme, respiro y cierro mis ojos anhelando que mañana sea un día mejor. Si
estoy aquí es por los de afuera a
quienes miro con detenimiento cuando conversan conmigo, si aún sigo en pie es
por todos aquellos que me aprecian y saben la gran persona que soy. A veces mi
corazón se detiene, mis pulmones dejan de funcionar recogiendo el último
aliento, avisando que he llagado a mi fin y es en esas veces cuando los seres a
quienes amo tanto me tienden su mano sin importar lo difícil que pueda ser hacerme sentir bien. Parezco una
niña, pues hace mucho que me detuve en esa etapa, porque tuve que dejar de lado
mis juguetes para dedicarme a ser mayor, será por eso que soy responsable? no
lo sé, pero en muchas ocasiones esa niña quiere salir y actuar con inmadurez
porque nadie le dijo que su hora de ser feliz ya pasó. En mi mente absurda y
tonta vagan ideas insignificantes de las tantas cosas que podré hacer de las cuales
solo logro cumplir un 10%, quisiera dar más, quisiera valorar más la vida,
quisiera abrir mis alas y sentir que puedo volar; quisiera decir a mi gente
amada que son lo único que tengo y que sin ellos yo sería nada. Crecer sin complejos,
sin criticas sin ataduras es lo que más deseo, gritar a los 4 vientos que no soy
libre por padecer un trastorno alimenticio, decir que mi enfermedad no solo
llegó a hacerme daño sino que a más allá de mis comportamientos bulímicos destroce
mi esencia la de un alma feliz que rondaba las calles sin preocuparse por el qué
dirán. Lastimosamente, mi historia no tiene final porque no se con seguridad
cuando acabará este tormento, si pudiera dejarlo lo haría pero no depende de mí,
no sé qué pasará mañana, pero mi prioridad es continuar con lo que un día empecé
para poder vivir tranquila donde se me haga fácil comer un plato frente a los
demás, donde en mi mente no solo ronde el peso, de si subí o si bajé, de no
preocuparme por tener al lado de mi cama una navaja con la que hacerme daño.
Quisiera que todo eso desaparezca pero estoy segura que hoy no será así. Este
mundo que comento en estas líneas se llama el mundo de una thinspo en un mundo
real, como lidiar con la gente que come normal, pues se puede disimular muy
bien que no padeces ningún trastorno pero en tu interior solo rondan preguntas
de cuanto engordarás. Un mundo donde todo lo que me toca se vuelve gris, pues
mis energías no son buenas mi esencia de niña feliz se estancó quedó varada en
el olvido por una mujer que quería salir a demostrar lo que era, se adelantó más de lo común, pero hoy estoy aquí
para no dejarme vencer, porque sea como sea asimilaré mi mundo fuese cual fuese
el que me toque vivir. Lo único que quiero es no fallar a mis seres queridos
que son todo para mi…
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