...Tras la
decadencia de mi mundo solo puedo expresar, que ya nada es como antes y creo
que nunca podré llegar a ser la persona que soñé, pues nunca será suficiente
para mí, siempre querré más. Tras inútiles depresiones he comprendido que así
no se consigue nada, tras interminables cicatrices he sabido donde está mi
esencia, pues ella yace en un lugar muy recóndito de mi bastarda conciencia y
con esto me refiero a mi voluntad, aquella capacidad que tenía de privarme de
alimento y sobrevivir a base de agua. Recuerdo cuando empecé con este problema
alimenticio más o menos cuando tenía 20 años 3 años después de padecer de ana y
mia, yo era capaz de controlar mi mundo, de mover los hilos a mi antojo si me
apetecía comía y me abstenía de toda porquería a la que llaman comida, pasaba
horas sin probar bocado alguno y en el fondo de mi estómago solo existía el
agua que bebía para sentirme llena. A más de eso se sumaron las ganas ansiosas
de fumar como carretero, 4 al día era mi límite lo que me ocasionaba una pérdida
total del hambre, y así me fui moldeando, fui dando forma a la morsa que
llevaba encima y así pude ser dueña de mis actos de mis pensamientos,
renunciando a mis necesidades fisiológicas, el cerebro me decía “tienes que
comer” mientras el espejo me repetía lo
gorda que me pondría si comía. Sin embargo, tenía muchos tropezones sufrí de altibajos absurdos, en sí estaba
perfeccionando mi ideal de figura, pero nunca me di cuenta de que ya obtuve lo
que tanto busqué, pues durante una temporada creí haber logrado mi peso ideal
es más logré tener el peso que quería, pero el exceso de confianza en mí misma
y la capacidad de controlarme me ganó y engordé nuevamente. Alma tan miserable
que despreciaba el sudor que costó bajar de peso, me parece que había acumulado
demasiada ansiedad que descargué poco después de obtener mi meta. Mi mundo se
desmoronó, mis fuerzas se agotaron y ya no era más la lluvia de cristal que
estaba lista para continuar, era una gorda que emergió del primer mordisco que
dio a su estúpido placer por la comida. Y que puede ser peor que el hecho de
que la ropa ya no quede como antes, pues peor que eso es el miedo de salir con
tal basta figura regordeta a punto de explotar, pues así me veía ante los
demás, como una cerda asquerosa que era amante de la comida, era mi infierno,
era lo que tanto temía, enfrentarme con la gorda que llevaba dentro y salió
pudo ver la luz de mi mundo perfecto y decidió arruinarme la vida otorgándome el
placer de comer, carcomía mis deseos los hacía polvo, destruía tan preciada
voluntad con el gemir y estruendoso ruido de un estomago hambriento, me rendí y
lluvia de cristal había muerto, era el final. Así permanecí digamos unos tres
años, hasta tener la edad que tengo ahora, mi historia es una historia brutal
de autocastigo, de rechazo, de depresión pues en mi larga lucha por matar a esa
asquerosa gorda se me cruzaban en el camino las ganas de acabar con mi vida,
hasta que descubrí el placer de sentir dolor para matar, la angustia, la ira,
la ansiedad, descubrí las mil y una
formas de vomitar sin que nadie pudiese sorprenderme, descubrí nuevamente que
lluvia de cristal quería renacer como el ave fénix. Abrí mi alas y volé lo más lejos que pude,
escapando de tan tormentosa relación entre esa gorda y yo, pero saben, gané; me
di cuenta que por más que ella intentase engañarme yo siempre tendría un as
bajo la manga y creo que ya le he dado todo el tiempo para que juegue con mi espíritu
y es ahora cuando digo que sí, que en verdad estoy lista para continuar. Para ello
tengo una estrategia que me está funcionando de maravilla, recordar aquellos
frágiles momentos en los que yo controlaba todo a mis anchas, el recuerdo de la
persona que era antes me anima a continuar con tal siniestra masacre, pues si
lo veo como una masacre todo lo que me está pasando. Como ya conté entré en el
gimnasio y a más de mis deseos y de mis antiguos hábitos, hacer ejercicio es
algo que antes no lo había hecho, en parte es como un defecto, una debilidad
porque pude llegar a tener el cuerpo que quiero sin necesidad de tonificar ni
nada por el estilo, pero en sí será un instrumento que hará que la gorda muera
pronto, pues así aceleraré a 1000 mis ganas de luchar y saldré nuevamente triunfante
y feliz...!!